Tras la noche

Hidrozoo, se trata de la especie Pennaria disticha. Numerosos pólipos lo adornan como un árbol de navidad. Las algas, son la parda Dictyota (de mayor tamaño) y la roja Jania.

Al amanecer ya estábamos en la rasa de El Médano (sur de Tenerife), en primera línea de salida, esperando que el Sol iluminara lo suficiente.
Vimos al predador más terrible que iba, armado con estoque y linterna, tras los pulpos. Le desee mala suerte en su caza.
Impacientes nos adentramos entre los charcos de marea y, al poco, vimos unas colonias de hidrozoos. Con los pólipos de sus tentáculos extendidos el animal estaba preparado para las incautas presas que los tocasen. Si así sucediera, comenzaría la última cena de esa noche para el hidrozoo.

Coral pétreo (antozoo scleractinio) con los tentáculos retraídos, se trata de la especie Balanophyllia regia.

Con la claridad del día muchos animales de la rasa se ocultan bajo rocas o en pequeñas cuevas. Los que viven fijos sin poder desplazarse, entre ellos los pequeños corales pétreos, se hacen menos visibles, retraen los tentáculos y así pueden permanecer hasta la llegada de la siguiente noche. Como si colgaran el cartel de: ¡No molesten!

Nudibranquio doridaceo, se trata de la especie Doris bertheloti,  y su puesta de miles de huevos.

La noche había terminado y con ella la vida de un nudibranquio doridaceo. Lo encontramos exhausto y junto a una masa de huevos. Con la llegada de la mañana, y tras el duro esfuerzo de la puesta, moriría. Pero su vida ha tenido sentido pues ha asegurado el futuro de su especie. De los miles de huevos unos cuantos llegarán a adultos para, una vez más, iniciar el ciclo de la vida.