El "tomate marino" (Actinia equina) en sus dos variedades de color, rojo y verde; aparecen con sus tentáculos retraídos al haber quedado expuestos al aire por la bajamar.
En algunos lugares de la línea de varado podemos encontrar grandes acumulaciones de conchas, en muchos casos fragmentos, especialmente de las pequeñas caracolas de Bittium reticulatum.
Ya en casa, y con una lupa binocular, al hacer una observación más minuciosa se pueden ver otras especies
La gusana verde Eulalia clavigera, un predador voraz y muy abundante, que merodea por las rocas en busca de posibles presas. El crustáceo cirrípedo Chthamalus tapiza las rocas de la zona de marea en las costas del cantábrico; como es el caso de estos en El Sardinero.
Algunas rocas aparecen recubiertas con los tubos del anélido Pomatoceros triqueter. A su alrededor todo un surtido de "cascajos", pero, que a ojos de un buen observador de la naturaleza pueden resultar especímenes interesantes.
Promontorios rocosos que quedan expuestos en bajamar; están recubiertos por Chthamalus.
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